Entre los entendidos de las tiendas de música en Bilbao siempre ha sonado la firma Stradivarius. Se trata de una marca reconocida a nivel internacional debido a la gran precisión y exclusividad de sus piezas. Unas piezas realmente codiciadas en todo el mundo que siempre que salen a subasta consiguen cifras inimaginables.
Pero ¿cómo comenzó la historia de estos instrumentos musicales? Todo empezó en el norte de Italia, en el entorno de una humilde familia del siglo XVII. Concretamente, en la ciudad italiana de Cremona en el año 1644, en medio de la conocida guerra europea de los Treinta Años. Esta zona lombarda era un territorio deseado tanto por España como por Francia.
En este contexto nació Antonio Stradivari que, ante la necesidad económica, entró en el taller de un reconocido luthier, Niccolò Amati. Antonio demostró una gran capacidad para fabricación y reparación de violines. Por ello, tras pasar por varios talleres, decidió probar suerte con su propia empresa. Un negocio en el que permaneció trabajando hasta los 92 años y que se vio favorecido por el auge de la música barroca. Una dedicación que dio lugar a la fama de estos instrumentos en todo el mundo.
Las características que hacen que estas piezas sean joyas de coleccionista son una estética muy estilizada y el uso de un barniz especial. Los violines más estilizados producen sonidos mucho más agradables y penetrantes. Además, destaca la densidad de la madera. No se sabe cómo Antonio consiguió hacerlo. Algunos historiados piensan que fue por las características climatológicas de la época, que dieron lugar a este tipo de madera. Además, el luthier dominaba el envejecimiento de este material, clave en la sonoridad.
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